Estrés: un problema de muchas

Todos en la vida hemos pasado algún momento de sobrecarga de estrés, pero este se encuentra en cada aspecto de nuestras vidas sin que nos demos cuenta. El problema surge cuando nos acostumbramos a tal grado de estrés que termina produciendo una sobrecarga constante y arruina muchos aspectos físicos y mentales de nuestra salud.

Las preguntas más habituales son:

¿Qué exactamente el estrés?

Es una respuesta corporal ante una situación de amenaza en nuestra vida, nos saca de ache-19005_640.jpgnuestra zona de confort para estar más atentos. A veces, el estrés es ueno en ciertas situaciones, ya que nos ayuda a mantener la concentración, participar más activamente de una actividad (como cuando realmente queremos ganar algo) o nos inculca ser responsables ante una fecha límite (¿no les pasa que cuanto más cerca estamos de tener que entregar nuestros proyectos, nos agarra como una especie de «apuro súbito»). Pero esto no puede convertirse en algo constante, ya que el cuerpo puede creer que estamos ante una situación de vida o muerte constante y provocarnos una sobrecarga.

¿Cómo respondemos al estrés?

Las últimas investigaciones en el cerebro muestran que, como mamíferos, tenemos tres formas de regular nuestro sistema nervioso y la respuesta al estrés:

  • El compromiso social es la estrategia más evolucionada para sentirnos seguros y con calma. Ya que el nervio vago se conecta con el cerebro para obtener respuestas sensoriales en los ojos, los oídos, la cara y el corazón, socialmente interactuando con otra persona (haciendo contacto visual, escuchando atentamente, sintiéndose comprendido socialmente) puedes calmarte y frenar las respuestas defensivas como “lucha o huye”. Cuando usas el compromiso social, puedes pensar más claramente, sentirte más tranquila y las funciones corporales como la presión sanguínea, los latidos del corazón, la digestión o el sistema inmune continuarán trabajando ininterrumpidamente.
  • Movilidad, en otros casos conocida como la respuesta “pelea o pelea”. Cuando el compromiso social no es una respuesta apropiada y necesitamos (o piensas que necesitas) defenderte a ti misma o salir huyendo del peligro, el cuerpo se prepara para la movilidad. Se liberan sustancias químicas que nos proveen la energía que necesitamos para protegernos. Al mismo tiempo, las funciones del cuerpo que necesitaban luchar o huir (como la digestión y el sistema inmune) dejan de funcionar. Una vez que el peligro pasa, tu sistema nervioso tranquiliza al cuerpo, bajando ritmo cardíaco y la presión sanguínea y colocando todo a su balance normal.
  • Inmovilidad. Esta es la respuesta más evolucionada para el estrés y es usado por el cuerpo sólo cuando el compromiso social y la movilidad fallaron. Puedes encontrarte “traumatizada” o “atorada” en una furia, o ataque de pánico o cualquier otro estado disfuncional, sin poder moverte. En extremo, frente a las situaciones de amenazas de vida, puedes incluso perder la consciencia para posibilitarte sobrevivir a alto niveles de dolor físico. Sin embargo, hasta que puedas despertar tu cuerpo para una respuesta de movilidad, tu sistema nervioso puede estar inhabilitado para regresar a un estado balanceado de pre-estrés.

¿Cómo nos damos cuenta que estamos bajo estrés?

Hay una serie de señales y síntomas que el cuerpo hace para advertimos que estamos estresadas. Se puede ver desde cuatro aspectos:

Síntomas Cognitivos:

Problemas de memoria, no podemos concentrarnos, tenemos un juicio muy pobre, vemos  sólo lo negativo de las cosas, nos sentimos ansiosas o tenemos pensamientos impulsivos, padecemos de una preocupación constante.

Síntomas Emocionales:

Mal humor, irritabilidad o mal genio, agitación y no nos podemos relajar, nos sentimos abrumadas, con sensasión de soledad y aislamiento y con una constante depresión o una infelicidad en general.

Síntomas Físicos:

Molestias y dolores, diarrea o constipación, náuseas, mareos, dolores en el pecho, corazón acelerado, no tenemos ningún tipo de deseo sexual y padecemos de fríos frecuentes.

Síntomas de Comportamiento:

Comemos en mayor o menor cantidad, dormimos mucho más o demasiado poco, nos aislamos de todo y de todos, atrasamos o descuidamos nuestras responsabilidades, abusamos del alcohols, los cigarrillos o las drogas con el deseo de relajarnos, comenzamos con malos hábitos nerviosos como comernos las uñas o deambular de un lado al otro.

Ten en cuenta que las señales y los sintomas pueden estar causadas por otros problemas médicos o psicológicos, pero si experimentas cualquiera de los mencionados anteriormente no estaría de más asistir al médico para determinar si están relacionados con el estrés.the-stress-1473487-639x463

¿Cómo detemos el estrés?

Hay que reconocer los síntomas del estrés y las situaciones en las que lo vivimos. Si podemos encontrar los factores que nos producen el estrés, podremos enfrentarlo de una manera diferente sin disparar los síntomas en el cuerpo. Por ejemplo, si el estrés es causado por demasiado trabajo, podemos aprender estrategias y métodos de relajación para dicho momento, mientras que si nuestro estrés es producido por otras cuestiones diarias, podemos asistir a un profesional que nos ayude.

Igualmente, hay muchas métodos de relajación y formas de bajar el nivel de estrés que pueden ayudarnos. Puede que me digas que esas cosas no son para ti, pero en realidad es innumerable la cantidad de métodos y no todas son iguales. Serpia interesante probarlas y realmente asegurarte de que ninguna te ayuda, ¿quién sabe? ¡tal vez termines encontrando un método perfecto para ti!

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