Primero viene el amor, luego el matrimonio y recién después se puede pensar en un hijo, ¿verdad? Bueno… no necesariamente. Eso podría haber funcionado en las generaciones pasadas, pero las familias de hoy en día no siempre siguen esa trayectoria. Hace años que es más escuchado el “me junté” o “soy madre soltera”, que el de tener un hijo dentro del “sagrado matrimonio”.
Pero esto no es un problema para muchas de las mujeres que han vivido eso y si estás pasando por un embarazo antes de tiempo, no te asustes, hay miles de mujeres que están viviendo lo mismo y no hay por qué alarmarse. En definitiva, no hay nada más hermoso y natural que la llegada de un nuevo hijo.
Encontré algunas madres que han querido contar su historia y me pareció ideal para mostrarles lo que hoy están viviendo.
- María, 31 años.
“Después de que mi pareja y yo nos enteramos que estaba embarazada (con quien sólo estaba saliendo hacía algunos meses), no tuvimos ningún apuro en pensar en el matrimonio. Teníamos suficiente en nuestro plato. Si decidíamos casarnos alguna vez debía ser teniendo en cuenta nuestra nueva responsabilidad, por eso, el matrimonio no era nuestra máxima prioridad. Igualmente terminamos casandonos en una ceremonia secreta cuando nuestra hija tenía 9 meses y estuvimos casados por casi 6 años. Y en retrospectiva, fue bueno tener el tiempo para darnos cuenta que eramos mejores padres sin la presión del matrimonio. La decisión de casarnos debe estar bajo nuestros propios términos y definitivamente prefiero conocer bien a la persona conquién me casaré y no hacerlo por otros motivos.»
- Raquel, 29
“Mi esposo tenía un bebé de 7 meses cuando nos conocimos. Fue difícil en el sentido de que nuestro período de citas se sintió algo corto (nos convertimos en familia muy rápido y teníamos que lidiar con grandes problemas como el dinero y la co-paternidad mucho antes de lo que cualquiera hubiera pensado. Definitivamente toda esta situación influenció en nuestra decisión de casarnos antes por razones legales y para proveer estabilidad a nuestra hija. Nuestra vida juntos se llenó de sorpresas y eventos inesperados para los dos, pero nos dimos cuenta que la mayoría de las personas de nuestras vidas nos ayudaron y nos apoyaron en todo momento.»
- Samanta, 31 años.
“Estamos por tener a nuestro segundo hijo y todavía no estamos casados. La discusión no
se hizo real hasta este bebe. Supongo que seguir las reglas no era nuestro camino. La única cosa que doy por sentado es que algún día me casaré, pero probablemente no como la gente a nuestro alrededor pretende. Hay muchos amigos que no nos han invitado a sus bodas por no estar casados, tenemos distintas conversaciones con nuestra hija sobre el amor y el matrimonio y constantemente tenemos que hablar del por qué elegimos este camino. Fundamentalmente, nuestra familia es tan estable y feliz como la de la otra cuadra, y para nosotros, es justamente gracias a nuestra decisión de agrandar la familia sin una boda primero. En la lista de las prioridades, una gran casa y los viajes familiares eran más importantes que un casamiento. Así que “algún día” es nuestra mejor opción.”
- Elena, 30
“¡Mi embarazo definitivamente no fue planeado” Habíamos hablado sobre el matrimonio y estaba decidido que seguiríamos un camino más tradicional. Pero cuando nos enteramos que estaba embarazada, estar “no casada” se convirtió en un tema frívolo y sin ninguna importancia ante el nuevo reto que nos esperaba. Nuestro hijo tiene los dos apellidos. Algunas personas preguntan por qué no nos casamos y siempre les respondo que no quería casarme con él porque tenemos un hijo juntos. Creo que es más aceptable no estar casada con hijos ahora que quizás en 15 o 20 años.»
- Olivia, 43
«Yo decidí quedarme con el niño y concebí de una relación corta. Más allá de que no tenía ninguna intención de continuar la relación con el tipo que me embarazó. Tuve muchísimo apoyo de mi familia y amigos durante toda la época del embarazo y cuando di a luz. Fue difícil, pero yo sabía que iba a serlo. MI hija ve a su padre de vez en cuando, pero no es una persona participativa en su vida. No quiero alejarla de él, pero como aún es muy pequeña, es bastante «sólo nosotras dos»
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